Toda la región del Báltico quedó horrorizada después de haber sido privada de comunicaciones por satélite y otros medios de navegación durante 63 horas.
El mando de la OTAN sospecha que detrás de esto están las tropas rusas de guerra electrónica.
Durante dos días y medio ni un solo avión de los países bálticos pudo despegar.
Tampoco ni un solo barco salió del puerto y los propietarios de automóviles en Letonia, Estonia y Lituania, tuvieron que desplazarse sin navegador GPS.